México, 6 oct (Prensa Latina) El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defendió hoy nuevamente la implementación de una reforma eléctrica para proteger la propiedad nacional sobre la extranjera.
Ante la organización de algunos partidos de oposición de un frente para oponerse a la nacionalización de la industria a fin de que el Estado domine el paquete accionario en no menos de un 54 por ciento, el mandatario dijo que es una buena oportunidad para la transparencia.
Contrastó la oposición a la reforma propuesta por su ejecutivo con la que aplicó el Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, quien compró -dijo- el voto de los legisladores de esos mismos partidos para que aprobaran la entrega de ese valioso recurso nacional a la prensa extranjera.
¿Qué sucedió con esa reforma?, se preguntó en el curso de su conferencia de prensa matutina, y se respondió a sí mismo que aquel Gobierno, como antes el del expresidente Felipe Calderón, y esos legisladores beneficiaron a manos llenas a empresas extranjeras, la más favorecida la española Iberdrola.
Ya lo dije y repetiré porque tienen que enterarse todos los mexicanos: Iberdrola contrató a la secretaria de Energía del gabinete de Calderón y después al propio expresidente, quienes le otorgaron todos los beneficios d este mundo cuando debieron defender los intereses de la mayoría y no de una minoría.
Al condenar esos hechos reiteró que no se puede usar al Gobierno para hacer negocios privados cuando lo único que deben interesar son los públicos, como se hizo desde la época de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, hasta Peña Nieto, quienes entregaron la industria a los extranjeros.
Al defender la importancia de mantener un control nacional de empresas clave para la economía nacional, puso como ejemplo la nacionalización de la industria eléctrica, hecha en 1960 por el presidente Adolfo López Mateo, lo cual permitió la electrificación de México hasta su último pueblo, con lo cual se activó la modernización del país.
El importante tema surgió en la conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional por la ambivalencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se pronunció primero en favor de apoyar la iniciativa gubernamental, y ahora recibe las presiones de sus aliados de Acción Nacional y Revolucionario Democrático para que no lo haga.
Tales presiones sobre la dirigencia del PRI hicieron que volviera a florecer la ambivalencia y flojedad de un partido que ha perdido todo su protagonismo histórico y a veces da la impresión de estar subordinado a los neofascistas de Acción Nacional, indicaron legisladores oficialistas.
López Obrador insiste en que la reforma eléctrica propuesta da al PRI una importante oportunidad para reivindicarse y demostrar que todavía puede actuar por voluntad propia.
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